Escaras o Úlceras de Presión

¿Qué son las escaras?

Las escaras o úlceras por presión son lesiones en la piel que se desarrollan cuando un tejido blando es comprimido entre una prominencia ósea y una superficie externa por un período prolongado de tiempo.

La presión constante en la piel oprime pequeños vasos sanguíneos, comprometiendo la circulación de esa zona. Cuando la piel no recibe nutrientes y oxígeno por un tiempo, los tejidos se mueren y se forma una úlcera. El enrojecimiento de la piel desaparece en cuanto se quita la presión.

Las escaras varían en gravedad desde las leves (cuando la piel solo se enrojece un poco), hasta las severas (úlceras profundas que llegan hasta el músculo y el hueso)

Existe una clasificación diagnostica de las úlcera por presión  según su severidad.

Para prevenir las úlceras:

  • Mantenga la piel limpia y seca
  • Cambie de posición cada dos horas
  • Levantar diariamente al paciente
  • Hidratación, lubricación y masaje circular de la piel
  • Evaluar la tolerancia de tejido a la presión
  • Utilice almohadas y productos que alivien la presión

Tratamiento

Atender una úlcera por presión es mucho más difícil que prevenirla; afortunadamente, el cuidado y la observación constantes permiten detectar a las heridas en su primera etapa, justo cuando suelen curarse por sí solas una vez que se elimina la presión sobre la piel. En estos casos, se puede mejorar la salud general tomando suplementos de proteínas y calorías que ayudan a acelerar la curación.

En el momento en que la piel comienza a ulcerarse es recomendable mantener limpia la escara enjuagando el área con una solución de agua y sal. El agua con sal remueve el fluido que sobra y el material suelto. Debe protegerla con gasas impregnadas de petrolato o también conocido como jalea de petróleo, que impide que la curación se adhiera a la herida. Este tipo de lesiones requiere observación continua para detectar el posible surgimiento de una infección.

Para las heridas más profundas, el uso de vendajes especiales que contengan material gelatinoso puede favorecer el crecimiento de piel nueva. Si la úlcera parece infectada o supura (líquido blanquecino o pus), es necesario que se lave con agua y jabón, o usar antisépticos especiales, como el yodo de povidona, que no lesiona los tejidos pero elimina el material infectado y muerto. Se recomienda no friccionar demasiado la herida con el fin de no retrasar la curación.

Cuando hay demasiados tejidos muertos es necesario acudir con un dermatólogo, que es el médico especialista en la piel, quien se encargará de eliminar el material inservible con ayuda de ciertos agentes químicos de uso hospitalario o de un escalpelo.

Las úlceras por presión de mayor grado son difíciles de tratar, y en algunos casos requiere trasplante de piel sana a la zona dañada.

Con frecuencia, si una infección se desarrolla en lo más profundo de una úlcera se administran antibióticos, a fin de evitar que los huesos situados debajo de la lesión se infecten, ya que es esto es extremadamente difícil de curar e incluso puede pasar a la corriente sanguínea y extenderse a otros órganos.

Las señales de infección en las úlceras de presión incluyen lo siguiente:

  • Un pus espeso, amarillo o verde
  • Un mal olor en la úlcera
  • Enrojecimiento o calor alrededor de la úlcera
  • Hinchazón alrededor de la úlcera
  • Sensibilidad al tocar alrededor de la úlcera

Señas de que la infección puede haberse propagado incluyen lo siguente:

  • Fiebre o escalofríos
  • Confusión mental o dificultad para concentrarse
  • Latidos del corazón rápidos
  • Debilidad

Con tan solo unos minutos de revisión diaria pueden prevenir estos escenarios indeseables.