Etapas del duelo ante la noticia de un hijo con discapacidad
¨Herencia de Jehová son los hijos¨ dice la Biblia, así que lo mas normal cuando se recibe la noticia de un embarazo es que la familia, especialmente la madre idealice con respecto a ese hijo. Fantasea con las cualidades que desea que tenga y los logros que ha de obtener a lo largo de su vida. En ocasiones esas expectativas son frustradas al enterarse de que ese hijo tiene alguna discapacidad física o mental. Lo que implica una perdida para esa familia atravesando entonces por un duelo que cada familia lo experimenta de forma diferente de acuerdo con el contexto en el que viven y los conocimientos previos que poseen.
El duelo tiene diferentes etapas:
Negación
- Negación: en esta etapa la familia no acepta la condición del niño, no lo cree, visita diferentes médicos e instituciones con el fin de encontrar un lugar donde le digan lo que quieren oír, manteniendo la posición de que su niño no tiene nada y justificando las características que le dicen lo contrario.
Frustración
- Frustración: en esta etapa se preguntan: ¿por qué a mí? Tienen miedos y dudas, no saben donde acudir, experimentan tristeza, llanto y en ocasiones depresión, además de los pensamientos acerca de los estigmas sociales.
Culpa
- Culpa: al tener preguntas sin respuestas y la impotencia que genera esta situación, entonces aparecen los sentimientos de culpa. Se culpan a si mismos o a la pareja, generando depresiones y conflictos de pareja que muchas veces terminan en separación.
Ahora bien ¿qué podemos hacer?
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Reconocer que tiene derecho de sentir tristeza, pero que no le impida dar los pasos de acción que le den a su hijo una mejor calidad de vida.
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Aceptación: esto es vital, cuando se tiene la capacidad de aceptar a su hijo sin importar la condición, esto implica amarlo, buscar las soluciones posibles, tratamientos, terapia y demás.
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En cuanto sea posible toda la familia debe involucrarse, el apoyo familiar juega un factor importante en la recuperación del niño, la formación de su autoestima y su inserción en la sociedad.
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El amor es imprescindible, no la pena ni la sobreprotección, debe promoverse la autonomía e independencia del niño, de acuerdo con la condición y las capacidades de el.
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Acudir a los centros de salud que ofrezcan servicios médicos y psicológicos para la condición de su hijo.
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Relacionarse con familias que hayan tenido la misma experiencia, eso puede ofrecerle información, esperanza y fortaleza emocional.
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Confianza en Dios, sin limitar lo que su hijo puede logra ni crear falsa expectativas.
Psicólogo Clínico,
Maestría en terapia familiar y entrenamiento en estimulación temprana
meriniapc1707@hotmail.com
de verdad me identifique mucho con esto! gracias a Dios aunque pase por todas esas etapas, gracias al apoyo de su papa y familiares acepte la condicion y segui hacia adelante! Todas las semanas llevo a mi hija a terapias, y la acepto tal y como es!